Santuário da Peneda
El santuario de Nossa Senhora da Peneda data del siglo XIX y se accede a él a través de la Escalinata de las Virtudes, en la que se encuentran veinte pequeñas capillas con escenas sobre la vida de Cristo.
El santuario de Nossa Senhora da Peneda data del siglo XIX y se accede a él a través de la Escalinata de las Virtudes, en la que se encuentran veinte pequeñas capillas con escenas sobre la vida de Cristo.
Cuenta la leyenda que la virgen de la Peneda se le apareció a una pastorcita en forma de paloma y le pidió que se construyese un santuario en el lugar de la aparición. Nadie creyó a la niña, así que, unos días más tarde, la virgen se le volvió a aparecer y le pidió que fuese a Roussas a buscar a una mujer llamada Domingas Gregório, que estaba enferma desde hacía mucho tiempo. En presencia de la virgen, la mujer enferma se curó de inmediato y por ello, los habitantes del pueblo construyeron una pequeña ermita para honrarla y venerarla.
Otra leyenda cuenta que, en uno de los caminos de los peregrinos, cerca de Lamas de Mouro, vivía un temible lagarto que devoraba a las personas y a los animales. Un día, atacó a una afiladora de Meadinha. Aterrorizada, la mujer cogió una piedra que llevaba consigo y le golpeó con fuerza. Inmediatamente, el reptil se transformó en piedra y el pueblo atribuyó la proeza a la virgen. Actualmente, sigue allí la roca con forma de reptil, en la denominada Portela do Lagarto. Detrás del santuario se encuentra el peñasco de Fraga da Meadinha.